Surca Ramsés la noche
de los tiempos
su figura deslumbra
entre el firmamento,
nostálgico recuerda…
cuando navegaba por el Nilo
observando extasiado...
esplendor en la cuenca del rio,
embriagado por el perfume
y la belleza de lotos florecidos.
Silencian las estrellas
a que mundo adentra,
tatuado en su carro de fuego
brillan siete símbolos
en jeroglíficos grabados.
Silencia el desierto
enigmas del antiguo Egipto
tres pirámides emergen de la arena
para recordarlo.
2 comentarios:
Has derramado la magia de la arena de Egipto en tu poema.
Precioso
Saludos
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