Cielo y tierra son calderas
de fuego sin amparo.
Surcan los cielos
Arcángeles de sentimientos.
Duerme la escarcha
sepultada en la hojarasca.
Quiero fundirme con el agua
esencia de la vida,
regar el alma
marchita en los tiempos,
refrescar al río la memoria
de noche frías y con niebla,
renazcan tendidos los colores
de las flores,
fluir por las quebradas
propagando vida y esperanza
de brillos y destellos.
Considero oportuno reeditar este poema.
2 comentarios:
lindo espacio, lindo blog, te felicito
Gracias paty, por tu visita y comentario.
Es un placer encontrarte por aquí.
Un saludo
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