viernes

Me regalaste una caracola

Imagen bajada de Internet

Me regalaste una caracola
de la orilla del mar,
para que al oírla
me devolviera el eco del mar.

Recuerdo aquel día
paseando junto al mar
mirándome con tristeza dijiste
que tenias que embarcar,
yo apenada rompí a llorar.

Zozobro tu barco
en medio de la tempestad,
dormido quedaste
en el fondo del mar.

Cuando oigo en la caracola
el arrullo del mar,
quisiera ser sirena
para poderte besar.



12 comentarios:

Francisco Javier dijo...

A través de esa caracola llegue a tus versos, y me invadé de tus sueños, bonito poema.

Liliana G. dijo...

¡Qué bello y qué triste! Ojalá esa caracola le lleve el sonido de tu corazón allí donde se encuentre...

Un beso enorme, mi querida amiga.

Rosario Robredo dijo...

Gracias, Francisco Javier por tu visita y comentario.
Es un placer encontrarte por aquí.

Un saludo

Rosario Robredo dijo...

Querida Lilia, gracias por tu visita y comentario.
Siempre es un placer encontrarte por aquí.


Un besazo

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Tu poema, en la nombradía del caracol, me retrotrajo a la infancia. Nosotros del interior, no teníamos costas y mar, pero nos hacíamos la ilusión en los caracoles que nos traían los viajantes como regalo. bastaba pegar la oreja para escuchar el mar encrespado.Un abrazo. carlos

Sandra Figueroa dijo...

Hola Rosario, hermoso y triste poema. El amor verdadero no se olvida. Besos, cuidate.

Rosario Robredo dijo...

Carlos tu comentario lo hago mío, como bien dices los niños que vivíamos tierra adentro, nos ilusionaba oír el rumor del mar a través de un caracol.
Gracias por tu visita, es un placer encontrarte en mi blog.

Un abrazo

Rosario Robredo dijo...

Tienes razón Poetiza, el amor verdadero nunca se olvida.
Gracias por visitar mi glog.

Besos

Trovator dijo...

Toma el timón de mi barca y el oriente de mis velas, y en tu tierra firme dame una señal. Se mi faro por las noches, déjame arar con mi quilla en tus arenas remontar tu manantial.

El eco de la caracola se iguala a los latidos de nuestro corazón.

Un abrazo!

Rosario Robredo dijo...

Hermoso poema Trovator. Es bello equiparar el eco de la caracola con los latidos del corazón.
Gracias por tu visita, es un placer encontrarte por aquí.

Un abrazo!

Liliana G. dijo...

Hola, Charo, paso a releer tu poema y a dejarte un beso grande :)

¡Feliz fin de semana, querida amiga1

Rosario Robredo dijo...

Gracias Liliana, es un honor para mi tu presencia querida amiga.

Un besazo