Miro
donde prende el día
y
se pierde la tarde,
tiendo
abanico de colores
y florece el arco iris.
Un
ramo de flores
llevo
en el regazo,
son
suspiros del cielo
prendidos
en el prado.
Hermosa
es la rosa
que
se asoma a mi ventana,
el
viento seco,
al
caer la tarde, la deshoja.
En
el rastro busco una llave,
que
no sea de oro ni de plata,
que
sea de acero,
para
abrir ese corazón tulló.
Sempiterna
canción del viento,
brama
el mar y silba el risco.
Aterida queda el alma.
2 comentarios:
SI, HAY AMORES QUE A VECES SON IMPOSIBLES.
UN ABRAZO
El amor, entre ambientes líricos, con esa dulzura que siempre caracteriza tus versos, Rosario, Un abrazo desde estos afectos colombianos. Carlos
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