martes

La meseta Castellana



Horizonte tendido

a modo de mar dorada

profunda y mansa,

pintada con pinceladas doradas,

quebrada por cúpulas de campanarios.

Sobrio e inclemente paisaje,

pueblos añosos sin antepecho.

Bajo el álgido invierno

sin amparo,

el viento gélido

rompe el silencio,

serpentea por la llanura

tirita el toque de campanas.

Tórrida y fría explanada

de la meseta castellana.

Forjas al castellano

noble, austero y fuerte.

Considero oportuno reponer este poema
lo escribí en honor a mi tierra...Castilla.





2 comentarios:

Liliana G. dijo...

Siempre es un honor volver a los homenajes de la tierra que nos vio nacer. Y tu poema, Charo, tiene la fuerza del orgullo y la belleza de los sentimientos, puestos en él.

Hermoso, querida amiga.

Besotes muy grandes.

Trovator dijo...

El campanario, el sonido de las campanas y tanta libertad que han enviado a las ondas acústicas. Aún con verlas, la libertad de la vida y el seguir adelante me sonríen. Linda foto.

Un abrazo!