viernes

Vino amargo


Doradas eran las uvas

que colgaban de tu ventana.

Yo fui la parra

que en tus brazos se enredaba,

dulces eran los besos…

aquellas noches perfumadas

bajo silencios de campanas,

la luna hechicera

con su manto nos tapaba.

Hoy es vino amargo

lo que escancio en mi copa,

sintiendo que otros labios

son los que te besan.

2 comentarios:

Sandra Figueroa dijo...

Me llega al alma este poema. Preciosas letras. Cuidate.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Qué bien trabajas la metáfora, a partir de la vid, para desvelar el amor. UN abrazo desde Colombia.Carlos